CRISIS ECONÓMICA Domingo, 14 de
Octubre de 2001
Ha pasado un mes. Tiempo suficiente para
poner en marcha una guerra, pero no para quitarse el susto del cuerpo. El
pánico que se apoderó de los estadounidenses el pasado 11 de septiembre, día de
los atentados terroristas sobre Nueva York y Washington, ha penetrado en la
práctica totalidad de los sectores económicos. En la mayoría, el efecto ha sido
más negativo de lo que se esperaba. EE UU camina hacia la recesión. El aumento
del gasto público y las bajadas de impuestos serán sus armas para combatirla.
La situación ya era difícil. Entre abril y junio el Producto Interior Bruto (PIB) estadouni dense creció sólo un 0,3%, la tasa más baja en ocho años. Tras los ataques, los analistas esperan que en el tercer y cuarto trimestre del año el crecimiento sea negativo. Antonio Cortina, del servicio de estudios de Santander Central Hispano, señala el último dato sobre el volumen de horas trabajadas, que cae un 3%, para anticipar «una caída del PIB de al menos un 1%». En realidad, este experto espera un crecimiento negativo del 1,5% para el tercer trimestre y un saldo también negativo para el cuarto. Las tasas positivas no volverían hasta el 2002.
Los impensables atentados extendieron sobre la primera potencia mundial una
inmediata sensación de vulnerabilidad, ante la que sus ciudadanos reaccionaron
encerrándose en casa. Cancelaron sus planes de viaje, especialmente si se
trataba de volar. La consecuencia automática fue el colapso de las ya
asfixiadas compañías aéreas y esto, a su vez, se tradujo en una sensible
reducción de la demanda de combustible con cargo a la cuenta de resultados de
las compañías energéticas, que temen cerrar el año con una reducción de su
volumen de ventas por primera vez desde 1983.
Sólo la billonaria intervención del Gobierno de Bush ha frenado la quiebra de
las aerolíneas, que han anunciado el despido de 80.000 empleados. A pesar de
que la situación ha empezado a normalizarse, el tráfico de pasajeros ha caído
un 30%. La siguiente pieza del dominó que debía caer era la de la industria
aeroespacial.
DESPIDOS. A Boeing le ha faltado tiempo para anunciar el despido de 30.000 trabajadores, debido a la cancelación de pedidos de nuevos aviones. Dentro de su sector se salvan de la quema las empresas especializadas en la construcción de aparatos bélicos. El inicio de la guerra en Afganistán ha hecho engordar repentinamente la cartera de pedidos de empresas como
DESPIDOS. A Boeing le ha faltado tiempo para anunciar el despido de 30.000 trabajadores, debido a la cancelación de pedidos de nuevos aviones. Dentro de su sector se salvan de la quema las empresas especializadas en la construcción de aparatos bélicos. El inicio de la guerra en Afganistán ha hecho engordar repentinamente la cartera de pedidos de empresas como
Lockheed Martin,
constructora de los cazas F-16.
Obviamente, la reducción de los desplazamientos ha tenido su repercusión en el sector de la hostelería. Los empresarios del ramo han tenido que responder con rebajas de precios y, por tanto, de márgenes de beneficio. En contrapartida, se ha registrado un considerable aumento de las comunicaciones telefónicas y, particularmente, de las videoconferencias. La compañía AT&T ha registrado un aumento del 20% en este tipo de conexiones y de un 6% en el nivel de tráfico que soportan sus líneas. Las operadoras de móviles han resultado incluso beneficiadas por el efecto publicitario de las noticias sobre los últimos contactos de algunas víctimas de los atentados con sus familiares. Junto a ellas, las compañías de seguridad y los corredores de seguros aumentarán sus cifras de negocio.
Obviamente, la reducción de los desplazamientos ha tenido su repercusión en el sector de la hostelería. Los empresarios del ramo han tenido que responder con rebajas de precios y, por tanto, de márgenes de beneficio. En contrapartida, se ha registrado un considerable aumento de las comunicaciones telefónicas y, particularmente, de las videoconferencias. La compañía AT&T ha registrado un aumento del 20% en este tipo de conexiones y de un 6% en el nivel de tráfico que soportan sus líneas. Las operadoras de móviles han resultado incluso beneficiadas por el efecto publicitario de las noticias sobre los últimos contactos de algunas víctimas de los atentados con sus familiares. Junto a ellas, las compañías de seguridad y los corredores de seguros aumentarán sus cifras de negocio.
Cubierta la seguridad física, los consumidores han buscado la de su economía.
Para ello, han reducido los gastos superfluos. Grandes vendedores de artículos
de lujo como Gucci o Louis Vuitton han reducido sus previsiones de beneficio,
mientras que los productos con marcas blancas y los supermercados de
descuento aumentan sus ventas. La industria del ocio también se está
resintiendo.
En el sector manufacturero, algunos fabricantes de ordenadores se han planteado
cierres de plantas y despidos por una caída de ventas que ha coincidido con su temporada
alta. La industria automovilística, por su lado, ha tratado de mantener el
nivel de ventas con agresivas ofertas de financiación y costosas campañas de
márketing.
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